La tecnología de ARN mensajero (ARNm), que permitió el desarrollo de las vacunas contra el Covid-19 en un tiempo récord, ha abierto un nuevo campo en la medicina, con un potencial que va mucho más allá de la lucha contra el virus. Hoy, se explora su aplicación para tratar trastornos complejos, como el cáncer, el VIH e incluso la gripe. Ahora, una nueva investigación está investigando su utilidad para abordar la preeclampsia, una complicación del embarazo que afecta al 5% de las gestaciones y que no tiene tratamiento específico en la actualidad.
La preeclampsia es una enfermedad que se caracteriza por un aumento significativo de la presión arterial durante el embarazo y que puede dañar gravemente órganos como el hígado y los riñones. Además, esta complicación puede interrumpir el desarrollo normal del embarazo, poniendo en riesgo tanto a la madre como al feto. Las mujeres que sufren de preeclampsia pueden experimentar una deficiencia en la vascularización de la placenta, lo que interfiere con el suministro de oxígeno y nutrientes al bebé. Esta alteración en la formación de vasos sanguíneos es uno de los principales factores que desencadena la enfermedad. Actualmente, no existe un tratamiento efectivo para esta afección, y los únicos enfoques disponibles son el control de la presión arterial y, en casos graves, el parto prematuro.
El ARNm como una posible solución para la preeclampsia
La tecnología de ARN mensajero, que se hizo famosa por su uso en las vacunas contra el Covid-19, ofrece una vía novedosa para tratar una amplia variedad de enfermedades, incluidas aquellas relacionadas con la salud materno-infantil. En lugar de administrar proteínas o fármacos directamente, el ARN mensajero instructa a las células del cuerpo a producir las proteínas necesarias para combatir enfermedades. Este enfoque ha demostrado ser eficaz en la prevención del Covid-19 y ahora podría ser clave para tratar trastornos como la preeclampsia.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania en EE.UU. ha realizado avances significativos al investigar cómo el ARN mensajero podría usarse para tratar la preeclampsia. Según el estudio publicado en la prestigiosa revista Nature, los investigadores han probado con éxito esta tecnología en modelos animales. En lugar de abordar el virus, en este caso, se utiliza el ARN mensajero para mejorar la vascularización de la placenta. Para ello, se dirige a la producción de un factor clave para la formación de vasos sanguíneos: el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), que juega un papel fundamental en la creación de nuevos vasos sanguíneos.
La terapia propuesta en el estudio utiliza nanopartículas lipídicas para entregar ARN mensajero a la placenta, con el objetivo de incrementar la producción de VEGF. Este factor es crucial para la correcta vascularización de la placenta, un proceso esencial para un embarazo saludable. En el estudio, la inyección de ARN mensajero con la información para producir VEGF logró reducir la hipertensión en modelos animales con preeclampsia, mejorando otros signos de la enfermedad sin causar efectos secundarios graves ni dañar al feto.
Resultados alentadores en modelos animales
Los investigadores probaron su tratamiento en dos modelos de ratón con preeclampsia. Los resultados fueron prometedores: tras la inyección de un producto experimental denominado LNP 55, los animales gestantes mostraron una reducción en los niveles de presión arterial y una mejora en otros síntomas relacionados con la preeclampsia. Lo más notable es que los efectos fueron obtenidos sin que se registraran problemas de seguridad o efectos adversos en los fetos, lo que es un aspecto crucial cuando se trata de enfermedades que afectan a las mujeres embarazadas.
Aunque los investigadores subrayan que estos resultados son preliminares y que aún queda mucho por investigar, están convencidos de que esta tecnología basada en ARN mensajero tiene un gran potencial para tratar la preeclampsia. La capacidad de tratar directamente los problemas de vascularización en la placenta y de hacerlo de forma específica, sin causar daño a otros órganos o al feto, representa un avance significativo frente a los tratamientos actuales, que solo se enfocan en controlar los síntomas de la enfermedad, como la hipertensión.
Un tratamiento altamente experimental con grandes expectativas
Erika Bonacina, ginecóloga del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), aclara que, aunque los resultados son muy alentadores, el tratamiento aún se encuentra en una fase experimental. «Es un tratamiento que solo ha sido probado en animales, lo que significa que estamos muy lejos de su aplicación en la clínica», explica Bonacina. Sin embargo, la ginecóloga también destaca que esta estrategia «es muy prometedora» y que podría ser un paso importante en el tratamiento de la preeclampsia. «La medicina está avanzando hacia tratamientos más personalizados, y este es un tratamiento con un objetivo muy específico para tratar la preeclampsia», añade.
Bonacina resalta que, a diferencia de otros intentos previos de tratar la preeclampsia mediante nanopartículas, la tecnología basada en ARN mensajero parece ser más precisa al dirigirse a la placenta de manera específica, sin causar efectos tóxicos en otros órganos, lo cual es esencial durante el embarazo.
Retos y pasos por delante
Aunque los primeros resultados son prometedores, los investigadores reconocen que aún queda mucho por hacer antes de que esta tecnología pueda llegar a la clínica. «Estos resultados deben replicarse y también será necesario realizar estudios adicionales sobre toxicidad, seguridad, farmacocinética y la mejora de las nanopartículas para que podamos pensar en estudios en humanos», comenta Bonacina.
Pedro Berraondo, investigador principal del Grupo de Terapias Basadas en Citoquinas del Cima Universidad de Navarra, también ve con optimismo los avances. «El estudio de Nature ha abierto un nuevo campo al identificar un vehículo capaz de llevar el ARNm terapéutico a la placenta. Aun así, queda un largo camino por recorrer para demostrar la viabilidad y la seguridad de este enfoque en humanos», afirma Berraondo.
A pesar de que la terapia de ARN mensajero para la preeclampsia todavía está lejos de ser una opción clínica, el avance es significativo. El investigador destaca el impacto de las vacunas contra el Covid-19, que han demostrado el potencial de las terapias basadas en ARN mensajero y subraya que «el tratamiento de enfermedades como el cáncer y las enfermedades metabólicas hepáticas representan la próxima frontera en la investigación clínica». Esto hace que las expectativas sobre el ARN mensajero sean enormes, no solo para el tratamiento de la preeclampsia, sino también para otras enfermedades hasta ahora difíciles de tratar.
En conclusión, la investigación sobre el ARN mensajero para la preeclampsia abre una nueva y emocionante posibilidad para tratar una de las complicaciones más graves del embarazo. Si los estudios continúan arrojando resultados positivos, esta tecnología podría cambiar la forma en que se abordan los trastornos relacionados con la salud materno-infantil, ofreciendo nuevas esperanzas para las mujeres embarazadas y sus bebés.
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